- Alejandra Castillo Flores
IV
Salí de Montevideo una mañana de noviembre.
La llegada a los distintos aeropuertos era como ir adelantando en las casillas de un juego donde siempre ganaba. Pude superar cada obstáculo y seguir adelante. Me hubiese gustado saber el idioma para conocer un poco más de su gente, aún así, el desafío dejó un sabor dulce en mi boca y calor en mi alma. No me importó el tiempo entre aviones, trenes y ómnibus. Iba hacia mí misma.
Así salté de lugar en lugar
caminé por calles empedradas, disfruté de paredes terracotas y medievales.
La cascada cantó para mí en distintos parajes. Venas de agua clara que recorrían el pueblo,
planas y rápidas para luego precipitarse entre las rocas,
bordándolas de una espuma blanca,
dejando hilos verdes empapados y frescos entre las alfombras otoñales de los bordes.
Se levantaban algunos finos dedos rugosos y grises entre arbustos amarillos y rojos.
En el silencioso otoño, crujían bajo mis botas, las hojas secas y rojizas.
Llegué hasta la gruta construida para la Virgen, casi sin aliento.
Un aire caliente me recorrió el cuerpo, abrazándome.
Las emociones me llevaron a la plenitud y escuche su voz.
Mis pasos cambiaron de paisaje. No tuve dudas, lo invité a seguir conmigo.
Tomamos el camino angosto, el único que veía,
de pequeñas piedras blancuzcas y grises, sueltas,
tiradas al azar y de todos los tamaños. Me dio la mano. Recostados a la montaña, observamos el precipicio y el pueblo sembrado a nuestros pies.
_ ¿Te habías imaginado subir tan alto?
_ No. Siempre vienen los miedos. Por primera vez no lo pensé. Tan solo lo hice.
_ Vi cómo cuidabas tus pasos mientras hacías el camino. Ahora estas aquí con el sol en tu rostro. ¿Qué sientes?
_ Soy roca. Soy árbol. Siento el sol quemándome a pesar del otoño.
A pesar del cansancio descubrí el sentido. Lo que más me ha gustado es compartirlo contigo.
_ Vamos a sentarnos. Respiremos. ¿Lo sientes?
_ Sí. Me toma entera, me refresca. Hay un perfume que no distingo.
_ Concéntrate.
_ ¡Olivos... y los ramilletes de romero que brotan de las rocas!
Dominó el silencio.
_ Bajemos.
_ ¿Será la misma plenitud?
_ Eso depende de a dónde quieras mirar mientras lo recorres.
ACF(Francia 2015)
