
Otra vez lunes

Otra vez lunes. Esta vez se sentó en el banco del Hall.
No había tic- tac, tan solo un pip y el mensaje de: buena jornada.
El sensor infrarrojo esperaba leer la huella. Fueron llegando de a uno.
El apurado y el lento, el que no quiere marcar, el que no tiene huella,
el que llega y así se va.
Hora atadas a un reloj sin tic- tac. Días y meses silenciosos. Tiempo muerto, saltando de tarea en tarea, sin pasión.
Vidas supeditadas al control.